Esta historia que os voy a relatar es la de una chica que, por alguna razón, tenía miedo al aburrimiento, a la costumbre y a la alienación. Aunque todo esto, ella no lo sabía. Tampoco era una persona complicada, sólo lo bastante inteligente como para no detenerse a reflexionar las cosas dos veces, tanto antes como después de hacerlas, o de que fortuitamente ocurrieran.
