si… tuviera valor

Maribel/ diciembre 30, 2007/ Blog/ 1 comentarios

No sé si decirte que quisiera haber aprovechado la oportunidad cuando la tuve. También es verdad que no la aprovechaste tú. ¿Nos estábamos esperando el uno al otro? Lo más triste es que ya no lo recuerdo. Apresurado ha sido el tiempo, que ha volado en un intento por separar nuestros pasos, que no hacen más que volverse a encontrar.

La diferencia es que entonces, no lo teníamos tan difícil como ahora, aunque sigo pensando que no conocíamos nada del mundo ni de las personas. En estos tiempos en que nadie piensa en su compañero más que en sí mismo, tal vez lo mejor sea experimentar. Pruebas todo tipo de relaciones con todo tipo de personas y personajes. Y cuando aprendes todo lo que quieres recibir y todo lo que quieres dar, cómo tiene q ser esa persona ideal, cómo quieres ser cuando estás con ella… entonces estás preparado para encontrarla. Por eso es una pena que yo cada vez esté más segura de que a mi persona ideal la encontré la primera, malgastamos la oportunidad, y ahora ya se han cometido demasiados errores como para tener más oportunidades. Así que ya no se trata tan sólo de encontrar valor, sino de encontrar la cordura a nuestra historia.
¿Y qué tal si nos buscáramos un mundo paralelo sólo para nosotros dos?

Nos metería en una burbuja surgida de las profundidades del océano que nos llevara en un periplo por los siete mares de la ilusión por encontrar. Sentados cara a cara, tus rodillas chocando con las mías, las manos enlazadas, y rodeados de calma azul, tal vez el sonido de la estela de burbujitas que deja nuestra gran burbuja al pasar. Pero bajo las profundidades todos son ahogados. ¿Tal vez por eso sería aquel nuestro mundo ideal? No lo creo.
Entonces mejor probar con subir a la superficie hasta dar con una gaviota que nos devuelva a la tierra, y en tierra encontrar un halcón… tal vez un águila… el pájaro más grande y que más alto vuele, que sea capaz de subirnos a lo más alto, hasta lo más recóndito del más alto risco. Me sentaría tras de ti y rodearía tu cintura con mis brazos. Sentiría el calor de tu espalda y el viento acariciándome la cara y revolviéndonos el pelo. Le pediría que nos subiera a una estrella. ¿Encontraríamos la felicidad por allá arriba?Es en este momento cuando de repente una voz irritante en mi cabeza me dice con pomposidad: “baja de las nubes”, y yo abandono una vez más nuestra senda platónica rodeada de selva salvaje para caer por la cascada que no había visto y zambullirme en el agua fría del lago de las ilusiones que no tienen otro lugar adonde ir, en cuyas aguas no puedo permanecer demasiado tiempo, pues las sirenas están allí esperando para ahogar a todo incauto que nade con ellas, convirtiéndose de seres de ensueño en monstruos hambrientos de dolor.

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1 comentario

  1. Debemos buscar mundos paralelos, sin duda. Mundos parelelos dentro de éste, y hallar nuestro lugar.

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