…si me pillaras en un arranque de sinceridad

Maribel/ enero 26, 2008/ Blog/ 3 comentarios

Tal vez, de todas las cosas que he querido decirte en algún momento de nuestra vida después de conocernos, hace doce años ya, esta que te voy a decir sea la más importante de todas, aunque no la más bonita: soy incapaz de sentir cuando estoy contigo.
No pienses que esto a mí no me pesa. Han sido demasiados años anhelándote como para descubrir que lo que hemos alcanzado me deja completamente fría. No te preocupes, no eres tú, y este no es el típico tópico que se suele emplear para que a una persona no le duela lo que le están diciendo. De hecho, una parte de culpa sí es tuya, pero principalmente es por mí.
Supongo que no me has pillado en el mejor momento, porque ahora mismo me doy cuenta de que ni tú ni yo estábamos preparados. Nos encontramos sumidos en un pozo de egoísmo propio de las personas que han estado demasiado tiempo, o quieren estar un tiempo, a solas. Pero lo peor es que mi ciudad lleva un tiempo amurallada y rodeada de hielo, y para mi gran desgracia, la persona en la que había puesto todas mis esperanzas, ha sido incapaz de atraer hacia mí los rayos del sol. De todos modos, no te puedo reprochar nada. Si no me has traído el calor, es porque tú tampoco lo tienes dentro de ti mismo, y no puedo recriminarte que te encuentres igual que yo.
Estoy muy decepcionada, pero como ya te he dicho, no es por ti: es porque pensaba que, una vez tú y yo estuviéramos caminando de la mano por nuestra senda, todo nuestro alrededor desaparecería y tú y yo conseguiríamos llegar juntos a lo más alto. Efectivamente, la amenazante jungla que hacía peligrar nuestro camino ha desaparecido, ya no existen otras personas que lo dificulten todo, y estamos solos tú y yo; sin embargo, la escarcha que emana de mí, y los árboles que tú has plantado entorpeciendo y ensombreciendo nuestro paso, me han hecho volver a huir hacia mi ciudad de hielo sin siquiera querer descubrir si voy a volver a caerme o no en el lago de las ilusiones que no tienen otro lugar adonde ir.
Por fin sé adónde irá a parar al final nuestra senda paralela y particular: seguirá siendo platónica para siempre, y eso será lo más hermoso que habré tenido nunca contigo.

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3 comentarios

  1. Pero no te rindas. Busca otros caminos que no te hagan andar en círculos.

    Un beso.

  2. valenta, mari, dient eixes paraules…weno, a mi no m queda res q dir-te, ja saps tot el que veig en tu, i en eixa ciutat gelada de la que parles. dona-li temps al cor per a restablir-se. sempre fa falta un poc de sentit comú per a poder asumir una decepció com eixa. almenys, no t'has cegat en sentir coses que no sents, i has sigut coherent amb el que ha passat. estic orgullosa de tu.. 😀
    feliç aniversari, nenufar…
    i com em va dir una volta una persona que vullc mes q a la meua vida.."que tu alma sea fuerte y sepa guiarte en tu vida".
    te vull un web…

  3. A veces es necesaria la decepción, para poder cicatrizar. Todo a su tiempo.

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