Instrucciones, de Neil Gaiman, ilustrado por Chris Riddell
Maribel/ noviembre 17, 2016/ Análisis, reseñas y foto-reseñas/ 0 comentarios
Hoy os traigo algo que he encontrado en la página de Facebook de Chris Riddell. Se trata de un poema que este artista ha convertido en ilustraciones: las maravillosas Instrucciones, de Neil Gaiman. Si quieres ver los comentarios que la gente ha escrito en cada imagen, aquí está el enlace.
Es curioso que Chris hiciera estas ilustraciones, ya que el poema se hizo oficialmente en forma de novela gráfica en colaboración con Charles Vess. Puedes echarle un ojo (por dentro, además) en amazon. Aunque pronto haré una foto-reseña, ya que lo tengo en la estantería haciéndola el doble de bonita de lo que ya es (orgullo estanteril, sí).
Evocativas y en forma de cuento, lo mejor que podía pasarle a estas Instrucciones de Neil Gaiman es que Chris Riddell las ilustrase. No sé si ya habéis visto La joven durmiente y el huso, pero, teniendo en cuenta que no es uno de los mejores cuentos de Gaiman, el resultado es, aun así, sorprendentemente bonito. También a este libro le haré una foto-reseña en el futuro, (sí, lo tengo en la estantería también), pero mientras tanto podéis ver lo que dije de él en esta entrada general sobre Neil Gaiman.
En fin, sabía que el libro existía, pero jamás lo había leído. Después me lo encontré en la página de Chris Riddell y ya no pude resistirme: lo amé, lo imprimí, lo amé aún más, lo compré…
Y ahora, al meollo del asunto: son las Instrucciones sobre qué hacer si alguna vez te pierdes en un cuento de hadas (como el mismo Gaiman dice en la grabación que encontrarás aquí). Y allá va.
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- «Toca la puerta de madera en el muro que nunca antes habías visto, pide permiso antes de abrir, entra, camina por el sendero.»
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- «Un demonio rojo de metal cuelga de la puerta pintada de verde, a modo de aldaba, no lo toques; te morderá los dedos».
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- «(…)si una criatura te dice que tiene hambre, aliméntala. Si te dice que está sucia, límpiala. Si llora porque le duele algo, alivia su dolor, si puedes.»
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- «Desde el jardín trasero podrás vislumbrar el bosque salvaje. El pozo a tu lado conduce al reino del Invierno; otra tierra se extiende en el fondo. Si no quieres seguir adelante, puedes volver a casa ahora, a salvo; no tienes de qué avergonzarte. No pensaré mal de ti».
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- «Cuando dejes atrás el jardín estarás en el bosque. Los árboles son viejos. Muchos ojos te espían entre la maleza. Bajo un olmo retorcido te espera una anciana. Quizá te pida algo; dáselo. Ella te mostrará el camino al castillo».
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- «En el claro detrás del castillo, los doce meses descansan frente a una hoguera, calentándose los pies y compartiendo historias. Si eres amable, podrán concederte favores. Te dejarían, por ejemplo, recoger fresas en el frío de diciembre».
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- «El río puede cruzarse en barca. El barquero te llevará. (La respuesta a su pregunta es esta: Si le entrega el remo a su pasajero, será libre de abandonar la barca. Pero díselo solo desde una distancia segura».
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- «Si un águila te regala una pluma, consérvala. Recuerda: los gigantes tienen el sueño profundo; a las brujas, a menudo, las traiciona su apetito; los dragones tienen un punto débil en alguna parte, siempre;»
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- «No sientas celos de tu hermana: los diamantes y las rosas son tan incómodos cuando brotan de los labios como las ranas y los sapos. También son más fríos, y afilados, y cortan.»
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- «Recuerda tu nombre. No pierdas la esperanza, encontrarás lo que estás buscando. Confía en los fantasma. Confía en que aquellos a los que ayudaste habrán de ayudarte también.»
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- «Cuando vuelvas, regresa por el mismo camino. Los favores y las deudas habrán de ser pagados. No olvides tus modales. No mires atrás. Vuela con el águila sabia (no caerás). Nada con el pez plateado (no te ahogarás). Corre con el lobo gris (aférrate a su pelaje).
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- «Cuando llegues a la cabaña, el lugar donde comenzó tu viaje, la reconocerás, aunque parecerá más pequeña de lo que recordabas. Camina por el sendero y atraviesa la puerta que nunca antes habías visto, excepto aquella vez. Y luego vuelve a tu hogar. O construye un hogar. O descansa.»
¿Alguien más siente que este poema le calienta el corazoncito? Disfrutadlo, si podéis, y dejad que os inspire.
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